Como entidad que aspira a dirigirse a la sociedad, la instauración de unos premios anuales se presenta como un medio eficaz a través del cual transmitir el mensaje de la fundación, señalando personas y entidades ejemplares, trayectorias concretas que merecen ser reconocidas, observadas y seguidas, que sirvan de guía e inspiración al conjunto de la sociedad.
Inspirados por la memoria de Rodolfo, los premios se definen, en su origen, en dos ámbitos concretos. Por una parte, la innovación y desarrollo en el campo científico tecnológico, en el que Rodolfo desarrolló su carrera profesional; por el otro, la promoción de valores de convivencia como la paz, la solidaridad, la libertad o la democracia, valores que él atesoraba.
La fundación considera el compromiso del individuo y la iniciativa personal factores que a menudo se han demostrado de gran valor para producir avances sociales que profundizan en la convivencia pacífica y el entendimiento entre las personas.
Paralelamente a este factor dinamizador, el ser humano ha demostrado su capacidad para asociarse, conjugando esfuerzos y capacidades para articular una acción común capaz de abordar cuestiones inmanejables para el individuo. La capacidad de integración en una causa compartida anteponiendo los objetivos del colectivo a los intereses personales es una característica humana que merece ser recordada y cuidada.
La fundación cree firmemente en la necesaria conjugación de ambos factores en la sociedad. Una sociedad capaz de alumbrar, apoyándose en una educación eficaz y una información fiable, ciudadanos comprometidos, librepensadores, coherentes en su actuación particular y a la vez capaces de asociarse y trabajar en común para conseguir un modelo de convivencia pacífico, justo e igualitario. Más humano.